Colectivo SOI NOMA I Encuentro de Ríos
Encuentro de Ríos
El colectivo Soi Noma reúne a un grupo de artistas del pueblo Shipibo-konibo que, en la actualidad, vive en la Comunidad de Cantagallo en la ciudad de Lima. Para esta exposición las artistas Salome Buenapico, Dora Inuma, Delia Pizarrro, Silvia Ricopa, Cordelia Sánchez, Olinda Silvano, Sadith Silvano, Jessica Silvano y Nelda Silvano, parte del colectivo, han creado una serie de obras en las que desarrollan diferentes versiones de los diseños del kené (1), los patrones geométricos tradicionales Shipibo-konibo pintados sobre lienzo. En las líneas de sus composiciones para las artistas convergen hoy la herencia familiar y los conocimientos compartidos a través de distintas generaciones: abuelas, madres e hijas que afirman, a través de sus propias interpretaciones, al kené como energía, inspiración y medio de expresión. En este Encuentro de ríos ellas proponen mostrar cómo el curso de los ríos —el río Ucayali y sus trayectorias de vida— las han llevado a coincidir actualmente en Cantagallo y a desarrollar juntas propuestas que evocan sus historias y vínculos familiares, su relación respetuosa con un saber tradicional compartido y la exploración de nuevos modos de creación y lenguajes para los patrones geométricos.
Las artistas en Encuentro de ríos buscan destacar la historia y los cambios que se han generado para el kené en las últimas décadas. Para ellas, los trabajos de generaciones anteriores se estructuraban en formas geométricas más sencillas y de mayores proporciones. Los patrones actuales concentran las formas y los detalles en cada composición, reduciendo el tamaño de los diseños, además se incluyen cuadrículas y otros medios para hacer las líneas cada vez más precisas. Cada artista se inspira para el kené en el conocimiento de sus antepasados y lo lleva a cabo de acuerdo con sus propias habilidades técnicas, ya sea con mayor destreza en el manejo de los materiales, o en ejecuciones finas o gestuales, que se despliegan en el bordado, la cerámica, los tejidos con mostacillas y, en los últimos años, los murales de gran formato. Las artistas identifican en sus obras versiones actualizadas de los diseños ancestrales y los destacan en su relación con las plantas maestras y los procesos de curación —arte y medicina— pero, además, enfatizan las interrelaciones entre seres humanos y no humanos, elementos naturales diversos, tiempos y espacios que se identifican con las líneas, y que dan cuenta de una postura crítica frente a las problemáticas de deforestación y destrucción de ecosistemas amazónicos.
De este modo, el kené en Encuentro de ríos es presentado en una serie de pinturas creadas de manera colectiva y en un políptico, del mismo nombre, que incluye aportes individuales para construir una composición que interconecta miradas distintas sobre la creación de estos patrones en la actualidad, y que destaca la relación entre el río y las tradiciones familiares de cada artista. De otro lado, en Maya kené. Río Ucayali (2024) se delinean los caminos del río enmarcados por las plantas maestras y los espíritus protectores. Esta obra también condensa los contenidos propuestos para la exposición, pues a través de la pintura vincula las historias personales de todas las artistas, sus flujos de vida, sus corrientes vitales. Otras de las composiciones se enfocan en destacar la relación del kené con la fuerza de las plantas maestras, o se despliegan en los dibujos diversos que evocan huesos, pieles de animales, ríos, la medicina tradicional y sus procesos y los elementos de flora y fauna. Asimismo, algunas de las obras que están incluidas en la exposición son presentadas como homenaje a las abuelas, madres o suegras de quienes recibieron sus enseñanzas las artistas. Este Encuentro de ríos, es entonces una confluencia de aguas y de líneas de vida, de redes de memoria familiar y de flujos de creación que se proponen, desde la perspectiva de las artistas, para continuar desarrollando nuevas formas para el kené, entendiendo su vínculo con un conocimiento tradicional pero, al mismo tiempo, afirmando su ejecución como parte del desarrollo de cada una de ellas como creadora, con formas y modos propios, y con medios distintos para relacionarse, comprender y expresar sus diseños.
_
1. El término shipibo-konibo kené significa “diseño” y su plural es “kenebo”. Luisa Elvira Belaunde explica que “la palabra es utilizada para designar a los patrones geométricos hechos a mano sobre una variedad de superficies como el rostro y la piel de las personas, las paredes externas de las cerámicas y las telas utilizadas en ropas, accesorios y cobertores” (Kené. Arte, ciencia y tradición en diseño. Lima: Instituto Nacional de Cultura, 2009,15). Asimismo, Pedro Favaron y Chonon Bensho explican de la siguiente manera la relación del kené con la identidad Shipibo-konibo: “El kené es símbolo de nuestra identidad cultural y de nuestra relación con los ríos y los bosques amazónicos. Es una suerte de escritura de nuestra memoria, la más honda manifestación de nuestra espiritualidad, de nuestra creatividad, de nuestra refinada sensibilidad artística. En el kené se expresan nuestros diálogos con las plantas medicinales y con los seres de la naturaleza; también los pensamientos, las palabras, las alegrías, los cantos y la sabiduría de nuestros antiguos” (“Metsá kené: los diseños y la identidad del pueblo shipibo-konibo”. Visitas Al Patio, 14(2), 2020, 100–114). Los diseños del kené son parte de las composiciones pictóricas, bordados y creaciones de cerámica de las artistas del pueblo Shipibo-konibo y, en las últimas dos décadas, han acompañado las transformaciones en sus procesos de investigación y creación. En los últimos años, este kené se ha convertido en un patrón que da cuenta de la interconexión entre diversos elementos naturales, humanos y no humanos y permite a las artistas enfatizar la necesidad de reconocer el valor de los saberes comunitarios y de repensar los modos de vida contemporáneos.
Giuliana Vidarte
Curadora
Fotografías por Juan Pablo Murrugarra