MARTÍN PELENUR | AZUL CAVERNA
Red Shift Perú
Pensando en pintura, preguntando cómo pintar en lugar sobre qué pintar, aparecen asociaciones de ideas a partir de voces y lecturas ajenas que enseguida las vuelvo propias. No por hurtar, sino por compartir un conocimiento que aún no tenía palabras. Agradezco a esos vehículos que lo hacen posible.
“Me gusta lo que pienso cuando pinto” leí una vez y me hizo sentido. Ese sentido conecta con una cantidad de información indexada en forma de conocimiento previo: la pintura no como un lenguaje, sino como una forma de pensamiento. Similar a lo que sucede con el acto de caminar: después de un tiempo de repetir el mismo procedimiento de poner un pie delante del otro sobre el suelo, la mente pone en movimiento otros pensamientos. Y así, en mí caso, con la pintura, transformada en un acto repetitivo, aditivo y adictivo, por qué no, al querer dar una pincelada más, un cuadrado más, un gesto más, un dibujo más, un límite más… y seguir y seguir en la elipse de la concentración.
¿Cuándo parar?, ¿cuándo detener ese acto repetitivo? El límite viene dado por los sistemas, premisas y metodología de trabajo; el cuadrado, la grilla y la cuadrícula. Red Shift es un fenómeno físico que proviene de la cosmología y trata sobre el corrimiento de la luz hacia el rojo en el espectro electromagnético. Este concepto ha sido clave para demostrar la expansión del universo a principios del siglo XX. En seguida de empezar a pintar la serie para esta muestra y viendo que el color rojo predominaba, surgió el nombre y el subtexto P E R Ú en referencia a los colores de la bandera. Nace así la idea de comenzar una cartografía de banderas de países para luego ser llevados a cuadrículas pintadas. Un atlas de grillas.
Martín Pelenur, marzo 2023
Inconsciente
“Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad” Carl Jung
Henos allí
Nacemos en un mundo de lenguaje cuando aún carecemos de palabra alguna. Otro ser, indispensable, significativo, nos da existencia, ofreciéndonos la ilusión de completud. Somos uno con él y el júbilo surge. Se interrumpe así la dicha de aquella ilusión, cuando el corte se vuelve imprescindible. Nuestra libertad tiene un costo. La independencia de ese Otro nos garantizará nuestra singularidad, nuestro paso a lo simbólico. Somos entonces Sujetos de la enunciación. Divididos, barrados, transitaremos desde allí en más, dos mundos que operarán con lógicas opuestas. El inconsciente se expresará en una lógica de tiempo y espacio discordante con el de una Conciencia que obligará a significantes que den sentido. Y así, el Sujeto humano vivirá indefectiblemente en esa tensión entre el deseo reprimido y la norma. Es en el corte de la palabra, el fallido, el lapsus, los sueños, el acto creativo donde el deseo inconsciente pulsará por emerger. Es desde la sombra, desde lo más oscuro de nuestro ser que se producirá un despertar ofreciéndonos la posibilidad de ser auténticamente allí.
¿Eres eso? nos dirá. ¿Y qué es eso ?
¿Qué significa?
No habrá respuesta sino la de nuestro acto singular, acto en el que nuestro ser se alberga, acto creativo el que fuere. Acto, en el que se asume por instantes, el coraje de transitar el no sentido, que escapa a ser atrapado por alguna significación posible.
Azul abre el juego. Marca el corte entre el color y la sombra. Azul, el artista, está allí, en esa línea de corte, emergiendo en su acto, ofrendando a la mirada su obra a quién acepte el desafío.
El color y la sombra insisten en cada uno de sus cuadros. ¿Es esa sombra significado de guarida, de manto protector?
Tal vez allí es donde Azul se abriga pispeando, satisfaciendo así su pulsión escópica. El acto creativo se desliza metonímicamente en cada una de sus obras. Es en la línea de corte entre la luz y la sombra donde una y otra vez la pulsión irrumpe, por lo que surge el deseo ya no aprisionado. El inconsciente del artista ya ha jugado su partida habiendo liberado su goce. Azul está allí. También nosotros.