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La obra de Fernando Prieto nos pone frente a una serie de evidencias de experiencias físicas sutiles que un cuerpo atento es capaz de percibir. Hace falta primero aceptar una dimensión del vacío que va a contracorriente del tiempo en que vivimos. Debemos incorporar el ritmo de la calma, como dice el artista, para poder descubrir en las obras que conforman la exposición un abanico de percepciones posibles.
La instalación Luz negra, que da nombre a la exposición, está conformada por pequeñas pinturas sobre soportes de madera que evidencian la manera en la que la luz cae sobre las paredes de la galería a una hora determinada. El espectador podrá recorrer la instalación y constatar el cambio de luz de acuerdo a la hora de la visita.
También se podrá ver la serie de dibujos 000 donde el contacto del grafito con el papel remite a partículas de polvo o constelaciones y líneas que delimitan pero no cierran, donde es necesario dejar el lenguaje de lado para privilegiar lo sensorial. Para los pájaros, la instalación en el exterior de la galería, es una invitación para las aves de la zona que funciona a su vez como pieza sonora e intercambio entre el adentro y el afuera del espacio expositivo. La serie de dibujos Ceder y contener pone de manifiesto un fenómeno físico constante y desapercibido como es la gravedad, donde es ésta la que posibilita las marcas de la tinta sobre el papel. El artista aparece en estos casos como un facilitador, sólo apunta más no interviene.
Fernando Prieto. Lima, 1981.
Estudió Artes en la Escuela “La Esmeralda”, en México. Ha asistido a varias ediciones del SITAC (Simposio Internacional de Arte Contemporáneo) y participado en exposiciones colectivas en México y Perú. Ha realizado dos exposiciones individuales: Onda expansiva en la galería El Ojo Ajeno el año 2012 y Al interior de un límite en la Sala 770, del Centro Cultural Ricardo Palma, el año 2014. Participó en la Bienal Iberoamericana de Diseño en el 2010 y recibió una mención honrosa en el concurso Pasaporte para un Artista en el año 2013. Realizó una residencia para artistas en Nida Art Colony en Neringa, Lituania el año 2014. Paralelamente a su práctica artística, se dedica al diseño y a la docencia.
La obra de Fernando Prieto nos pone frente a una serie de evidencias de experiencias físicas sutiles que un cuerpo atento es capaz de percibir. Hace falta primero aceptar una dimensión del vacío que va a contracorriente del tiempo en que vivimos. Debemos incorporar el ritmo de la calma, como dice el artista, para poder descubrir en las obras que conforman la exposición un abanico de percepciones posibles.
La instalación Luz negra, que da nombre a la exposición, está conformada por pequeñas pinturas sobre soportes de madera que evidencian la manera en la que la luz cae sobre las paredes de la galería a una hora determinada. El espectador podrá recorrer la instalación y constatar el cambio de luz de acuerdo a la hora de la visita.
También se podrá ver la serie de dibujos 000 donde el contacto del grafito con el papel remite a partículas de polvo o constelaciones y líneas que delimitan pero no cierran, donde es necesario dejar el lenguaje de lado para privilegiar lo sensorial. Para los pájaros, la instalación en el exterior de la galería, es una invitación para las aves de la zona que funciona a su vez como pieza sonora e intercambio entre el adentro y el afuera del espacio expositivo. La serie de dibujos Ceder y contener pone de manifiesto un fenómeno físico constante y desapercibido como es la gravedad, donde es ésta la que posibilita las marcas de la tinta sobre el papel. El artista aparece en estos casos como un facilitador, sólo apunta más no interviene.
Fernando Prieto. Lima, 1981.
Estudió Artes en la Escuela “La Esmeralda”, en México. Ha asistido a varias ediciones del SITAC (Simposio Internacional de Arte Contemporáneo) y participado en exposiciones colectivas en México y Perú. Ha realizado dos exposiciones individuales: Onda expansiva en la galería El Ojo Ajeno el año 2012 y Al interior de un límite en la Sala 770, del Centro Cultural Ricardo Palma, el año 2014. Participó en la Bienal Iberoamericana de Diseño en el 2010 y recibió una mención honrosa en el concurso Pasaporte para un Artista en el año 2013. Realizó una residencia para artistas en Nida Art Colony en Neringa, Lituania el año 2014. Paralelamente a su práctica artística, se dedica al diseño y a la docencia.